Antes de salir de esta jurisdicción, voy a proponer un problema a los sabios de Lima. Atravesando cierto español estos montes en tiempo de guerra con los indios del Chaco, se vio precisado una noche a dar descanso a su caballo, que amarró a un tronco con un lazo para que pudiese pastear cómodamente, y por no perder tiempo, se echó a dormir un rato bajo de un árbol frondoso, poniendo cerca de su cabezera una caravina proveyda de dos balas. A pocos instantes sintió que lo dispertaban levantándole de un brazo, y se halló con un indio bárbaro, armado de una lanza y con su caravina en la mano, quien le dixo con serenidad: "español, haz tun"; esto es, que disparase para oir de cerca el ruido de la caravina. El español, echando un pie atrás, levantó el gatillo y le encajó entre pecho y espalda las dos balas al indio, de que quedó tendido. Se pregunta a los alumnos de Marte si la acción de el español procedió de valor o covardía, y a los de Minerva si fue o no lícita la resolución de
A CARLOS XII, REY DE SUECIA, RETIRADO EN BENDER Nació debajo de la helada zona espíritu encendido, rayo ardiente que a dos grandes coronas hizo frente y a una frente deshizo la corona. Hoy, aunque fugitivo, ser blasona del gran Gustavo digno descendiente, un ejército entero en su persona. La suerte, más mudable que la luna, la espalda le volvió, y el contratiempo le hizo más glorïoso y atrevido. Pues presentó batalla a la fortuna, con ella está lidiando ha mucho tiempo y hasta que muera no será vencido. (Rodrigo Olay Valdés, Feijoo, poeta. Antología . Instituto Feijoo de Estudios del siglo XVIII y Ediciones Trea, 2024). Nota . Como señala Olay existe un soneto encomiástico sobre el mismo tema escrito por Jorge Luis Borges.