Ir al contenido principal

James Kirkup

Retrato de James Kirkup,
por Maurice de Sausmarez (1951)

(Universidad de Leeds)

Me entero con retraso, por los periódicos ingleses, del fallecimiento el pasado 10 de mayo del escritor inglés James Kirkup. No he visto referencia alguna en diarios españoles, tal vez porque aquí era muy poco conocido.
James Kirkup había nacido el 23 de abril de 1918 en South Shields y estudiado en la universidad de Durham. En 1957 estuvo en Salamanca de lector de inglés. Como profesor visitante enseñó en Estados Unidos y en diversos países de Europa y Asia. De 1976 a 1988 fue profesor de Literatura Inglesa en la universidad de Kyoto (Japón). En los últimos años había establecido su residencia permanente en Encamp, Andorra, donde ha fallecido.
La escritura de Kirkup es extraordinariamente versátil. En sus manos cualquier tema o escenario es susceptible de convertirse en poesía, del fútbol a la música y de la bomba de Hiroshima a un urinario público. Su poema más logrado tal vez sea "A Correct Compassion" (1952), que describe una operación quirúrgica a corazón abierto -de la que fue testigo en el Hospital General de Leeds- con gran precisión y rigor formal. A lo largo de los años cincuenta y sesenta sus poemas aparecieron regularmente en la prestigiosa revista The Listener y fueron elogiados por colegas tan dispares como James Dickey o John Betjeman.
En 1977 su poema "The Love That Dares To Speak Its Name", que trata de la pulsión erótica que siente un centurión romano ante Jesucristo en la cruz, fue objeto de un juicio por libelo blasfemo, a consecuencia del cual se prohibió la impresión del poema en el Reino Unido, y el editor de la revista Gay News, en el que fue publicado, fue condenado a prisión (si bien más tarde le sería condonada la pena.) A Kirkup todo este enojoso proceso le dejó "mortificado" y reconoció que el poema no era "exitoso estéticamente".
Fue un autor prolífico. Además de unos sesenta libros de poesía, escribió novelas, relatos, libros de viajes, seis libros autobiográficos, obras de teatro, libretos de ópera, textos para la radio, traducciones (del japonés, alemán y francés) y más de trescientos obituarios para The Independent y otros periódicos. Recibió varios premios y era desde 1964 fellow de la Royal Society of Literature.
En 2004, con motivo de traducir algunos de sus poemas al castellano le escribí a su domicilio andorrano de Les Bons. A este primer contacto siguió una correspondencia en la que en todo momento mostró una generosidad y una amabilidad fuera de serie. Descanse en paz.

Comentarios

  1. No recuerdo haber leído nada suyo. Quizá en alguna de aquellas entregas breves que tú hacías de vez en cuando. Imagino que no está publicado en España, o apenas.
    En cuanto al título de su poema censurado, es algo mortificante (para quienes amamos a Oscar Wilde) que el autor de esa famosa expresión -el amor que no se atreve a decir su nombre- sea el muy impresentable Lord Alfred Douglas, "Bossie". Y aún más incómodo resulta leer sus poemas (están disponibles en internet y hay una página dedicada a él de un entusiasta descendiente suyo) y comprobar que no están mal.
    Un abrazo:
    JLP

    ResponderEliminar
  2. No recuerdo que se haya publicado, en libro, nada de Kirkup, tal vez algún poema en alguna revista. En cualquier caso es una pena porque es un poeta que tiene un buen puñado de poemas dignos de ser conocidos. El problema, como todos los autores que han escrito mucho, es el de saber selecionar.
    A modo de homenaje particular, en el próximo post voy a colgar un poema suyo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Escritura y moral

  La primera obligación de un escritor es tratar todos los temas con la más elevada, la más digna y la más valiente de las disposiciones (...) El espíritu con el que se aborda un tema, un ingrediente relevante en cualquier tipo de literatura, es de absoluta importancia si hablamos de obras de ficción, reflexión o poesía, pues ahí no solo da color, sino que de por sí elige los hechos; no solo modifica, sino que conforma a la obra (...) No rechazamos una obra maestra aunque estemos preparados para detectar sus defectos; sobre todo, no nos preocupa encontrar sus defectos, sino sus méritos: Por supuesto no hay libro perfecto, ni siquiera en su concepción, pero no hay duda de que hay muchos que hacen disfrutar al lector, que le hacen mejorar en su vida o que le levantan el espíritu (...) En literatura, como en todo lo que hacemos, nunca podemos esperar la perfección. Lo único que cabe es hacer todo lo posible  porque así sea, y para ello solo hay una regla: lo que pueda hacerse despacio no

Simpson

George Gaylord Simpson (1902-1984) George Gaylord Simpson fue sin duda uno de los importantes paleontólogos del siglo XX, especialista en mamíferos fósiles, gran teórico evolucionista y experto lingüista. Después de su muerte, su hija descubrió  entre sus papeles el manuscrito de un relato de ciencia-ficción escrito en los años setenta y titulado The Dechronization of Sam Magruder . Se publicó en 1996, con prólogo de Arthur C. Clarke y epílogo de Stephen Jay Gould. Fue traducido al castellano por María Belmonte y publicado al año siguiente por la editorial Mondadori con el título Entre dinosaurios . El relato de Simpson narra las peripecias de un "cronólogo", Samuel Magruder, que en 2162, y gracias a un proceso de su invención conocido como "descronización", viaja nada menos que ochenta millones de años atrás, o sea, al período cretácico. Magruder es consciente de que es el único humano en un valle poblado de gorgosaurios, celurosaurios, tiranosaurios y otros